miércoles, 23 de octubre de 2013

Les Rodanes II


En pleno mes de julio, la organización de la etapa programó el control de firmas a las 08:45 porque consideró que no era necesario madrugar más para subir con una temperatura aceptable a la Rodana Gran desde el valle de Porxinos, a unos 15 kilómetros de la salida. "Creo que es mejor hacer uso de los megamadrugones sólo cuando sea estrictamente necesario", me permití el lujazo de afirmar. Los demás condescendieron y los tres tardamos poco en darnos cuenta de error.

Tras las diez primeras rutas y la extraordinaria visita a Cullera, comenzaba la segunda fase de etapas, más largas y con mayor desnivel. Y para empezar, algo que nos había quedado pendiente cuando en las dos primeras salidas realizamos el camino contrario, de les Rodanes a Porxinos. "Algún día tenemos que subir por los badenes", nos juramos. Y eso hicimos.

Prescindimos de la ruta del río y transitamos por caminos del término de Riba-roja entre montes que increíblemente conservan algún reducto boscoso que la construcción de chalés y canteras no ha logrado exterminar. En una de ellas, un aspersor averiado nos ofreció un leve alivio al sol que ya empezaba a apretar. Cuando descendimos a Porxinos el calor era ya respetable. Atacamos la primera rampa, y sólo Víctor fue capaz de aguantar sin pararse a la sombra de un pino para capturar oxígeno, pero a un ritmo tan mínimo que al poco de reemprender la marcha le di alcance. No obstante, el xoto llegó en solitario a la explanada porque los demás cada poco íbamos parando a respirar.

En el último kilómetro, las diferencias se acentuaron. Víctor, según contó, subió del tirón hasta los últimos centímetros y tan relajado iba contemplando el bonito paisaje porque no tenía a ninguna 'J' soplándole en la nuca que tuvo que poner pie a tierra para no salirse del camino y rodar por la ladera, lo que provocó la hilaridad de un ciclista que bajaba de las antenas. Las 'J' ya tenían bastante con turnarse en la marcha y los descansos, que fueron unos cuantos. Al final, la ausencia de tercer plato dejó a Javi sin recursos y cedió en la última recta. Habíamos completado una ascensión suicida, que Víctor y yo ya creíamos conocer, pero aun con algunos centenares de kilómetros de rodaje en las piernas difiere mucho de hacerla en marzo a llevarla a cabo en julio. Por ello, Víctor amenazó con presentar una protesta formal ante la organización, que finalmente no se produjo.

Lo que no habían cambiado eran las vistas. El descenso fue rápido para honrar lo antes posible al paladar. Entre les Rodanes y Riba-roja Víctor recibió una llamada, momento que algún ruin aprovechó para lanzar un amago de ataque e instigar a Javi a que lo secundara. "¡Sí, sí! ¿Entonces, 35 perlas, 2 flores de abril y otras 72 perlas?", vociferaba Víctor, que no se había molestado en detener su marcha. "¡Acordaos: 35, 2, 72!", nos cantó conforme se acercaba a nosotros una vez concluida la conversación telefónica. "¿Eso qué cojones es, el gordo de Navidad?", le respondí. "No, un pedido de una clienta para un collar, que ha visto uno en Tous que le ha gustado y quiere uno similar", aclaró. "Pues... la Peña podría comprar ese décimo para el 22 de diciembre", sugerí. Y a todos nos pareció perfecto, como si los números de la composición deseada por la señora fuesen una millonaria revelación.

El Askuas nos recibió con un almuerzo marca de la casa y con un par de botellas de coca-cola dentro de un cubo con hielo. Javi comprobó en persona dos cosas: que los almuerzos del Askuas tienen su fama bien merecida y que existen bicis como la 'suya' (la Muddyfox Streetfinder) que sí tienen tercer plato. A la ruta le faltaba un rodeo por la huerta de Benaguasil y las urbanizaciones de la Pobla de Vallbona y l'Eliana porque si no se quedaba un tanto corta, y así lo hicimos, con un sol castigador, sin ni siquiera una ligera brisa y con el matador olor de la depuradora de la Pobla. Tras retornar al río, hicimos una breve pausa para quitarnos algún grado de encima, pero no esperamos a la Presa, presumiblemente ya ocupada por el clan Jiménez Heredia.

Tras la etapa, Víctor se echó atrás en su reclamación por la hora de comienzo con un comunicado en la página de la Peña: "Como mejor aprende el ser humano es a base de palos. Llevo semanas reclamando un adelantamiento en nuestras salidas, pero la democracia de esta peña prefería dormir una hora más y arriesgarse a un desvanecimiento, lipotimia, bajada de tensión...". ¿Hablaba él o hablaban Gloria y Bego a través de él? Tomamos nota para la siguiente; más nos valía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario